No, la lucha contras las maquinas

Estoy en mi casa, escribiendo y leyendo, mientras se aproxima la hora de comer. El silencio es casi absoluto, pero de pronto un grito agudo. Un ¡¡¡ no ¡!! profundo, exhalado por mi esposa recorre todos los rincones de nuestro domicilio. La sangre se me hiela en las venas. Vuelvo a oír ¡¡¡ no ¡!!. ¿Qué habrá pasado? ¿Qué le han dicho por teléfono? ¿Secuestro de algún familiar?...

Llego sin aliento a donde se encuentra ella, a la que veo sin novedad física pera presa de un gran nerviosismo, está intentando conseguir una cita para realizar una gestión en un centro gubernamental. La máquina no se entera, realiza las preguntas que tiene programadas y las contestaciones a las mismas no se ajustan a lo que se la requiere, debe haber algún problema de programación. Estos problemas sacan de quicio a cualquiera, y con un problema añadido todos pensamos que nos están tomando el pelo. Enrarecen de manera muy significativa la relación gobierno-gobernados con los consiguientes malos entendidos, lo que influye en una peor atención.

¿Quién y porque se quiere romper el contacto humano entre administradores y administrados? ¿Es tanto caro, que al otro lado del teléfono, a donde llamamos, para que nos resuelvan algo, exista una voz humana?.

Estas máquinas infernales cada vez están proliferando más, no solo en organismos gubernamentales y estatales sino en todo tipo de empresas sea cual sea su función originando por consiguiente todo tipo de situaciones anómalas en las relaciones con el público.

Los problemas de personas requieren personas para solucionarlos, no artilugios que como son tan perfectos, no son humanos y no nos entienden. ¿Porque repetir el número del D.N.I, cuatro veces, porque la maquina no nos entiende? ¿Por qué aguantar la amenaza de la máquina, que nos advierte que otra vez más que no nos entienda, nos colgara y tendremos que llamar de nuevo?...








Para que seguir, es una sinrazón total y yo me pregunto. ¿Hasta cuándo aguantaremos, esta tomadura de pelo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Segovia es asado, el asado es Segovia.

Tempus fugit

Saber retirarse a tiempo