Comer una pizza
Comida compuesta de una
masa redonda hecha de harina de trigo sobre la que se coloca queso, tomate,
gambas y otros ingredientes y que se cuece o hace en un horno. Esto es lo que se conoce con el nombre
de pizza, invento gastronómico italiano
que ha alcanzado repercusión mundial.
En España, el hecho de preguntar en un grupo de
amigos, ¿Por qué no nos tomamos una
pizza? es la invitación de continuar una reunión comiendo algo sabroso, no
demasiado caro y que no supone un gran desembolso de energía para nuestro
aparato digestivo por deglutirlo, o sea que nos alimenta y nos permite la
ligereza de poder seguir la juerga.
Italia, es la tierra de
la luz y de los colores. No
en vano surgieron en su territorio formas de arte y artistas que cambiaron la percepción humana de la belleza
que nos rodea, esto se refleja claramente el los colores de los alimentos que
integran cualquiera de las sabrosas pizzas italianas, que por doquier se ponen delante de nuestros ojos.
Si nos fijamos en la colocación de los alimentos en
una buena pizza, vemos con asombro que
guarda una simetría casi perfecta la colocación, el tamaño y los colores de
los elementos que integran esta celebérrima preparación.
Si son los italianos por
antonomasia y sobre todo los florentinos y sieneses, los que descubren los principios de la perspectiva,
de ahí sus maravillosos edificios. Sirvan como ejemplo; la iglesia de Orsanmichele, la embrujante plaza de la Signoria de
Florencia y la preciosa Piazza del Campo de
Siena. También han sabido llevar al terreno de la gastronomía, todas
estas ideas y lo han plasmado fenomenalmente en la pizza.
La pizza, como todo invento genial tiene grandes
enemigos, sobre todo las ocurrencias de algún supuesto gran chef, que producen
cosas que únicamente se parecen en el nombre y sobre todo las demoniacas pizzas italo-americanas, con las
que nos obsequian multinacionales del sector, ¡¡¡qué asco!!!
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