Hotel Meliá Salinas en Lanzarote

Este hermoso edificio diseñado en 1973 por los arquitectos Fernando Higueras y Cesar Manrique en la parte ornamental de piscinas y jardines, está reconocido como parte del patrimonio artístico y cultural de Lanzarote. Con un impresionante conjunto de cuadros y murales de Cesar Manrique, Pepe Donoso y coetáneos, en su interior algunos con claras muestras de deterioro, como por ejemplo, los dos de Manrique en la Recepción por falta de protección.

Sucintamente hago un relato de mis pasadas vacaciones en dicho establecimiento hotelero, en el que había estado en alguna otra ocasión.

1º Contrato las vacaciones en el Club Meliá, del que soy miembro, a partir del 15 de Julio, pero me dicen que ese día terminan las obras (información también  en la web del Hotel) que están realizando y que retrase la salida, elijo a partir del  18 sin ninguna objeción.

2º Recibo del Hotel un email, para que aporte datos personales, vuelo llegada, régimen pensión alimenticia… y facilitar un check-in ultrarrápido.

3º Llegamos al hotel, según vuelos previstos. Nos encontramos la sorpresa de las obras sin terminar, asignación de una habitación rodeada de las obras inconclusas y sus ruidos estridentes. Tardaron en encontrarnos una  medianamente decente, más de cuatro horas, como sería la cosa, que el régimen de media pensión, nos lo subieron a “Todo Incluido “como gentileza, para contentarnos ante tanto problema y falta de información.

4ºAlgo positivo, el personal es muy simpático, colaborador y eficiente, a pesar  del batiburrillo de las obras y la vejez de algunas instalaciones en las que tienen que moverse.

5º Parte de las obras se inauguraron el 22 y sin terminar, ejemplo Piscina Level.

6º Comida en régimen de auto servicio, mal hecha, mal terminada y con productos de muy baja calidad, parecía preparada por alumnos de primeros cursos de Escuelas  de Hostelería ¡¡¡qué pena, así pronto terminaremos con la fama de la cocina española!!!.

Para que seguir contando despropósito sobre despropósito. Aconsejaría que el que pretenda ir en este momento, a este establecimiento hotelero hasta ahora mítico de la hostelería isleña, se lo piense dos veces.